Valores justos, sabiduría autocrítica...

Ahora entiendo eso que dices... Que algunos tenemos la sabiduría que al resto le falta. Sobre todo el ser consecuente con lo que se piensa. Cuánta hipocresía y egoísmo, que si yo hago esto, que si yo lo otro... pero nadie ve el daño que hace al resto, solo miran por su ombligo... Nadie es autocrítico con lo malo, solo con lo bueno, y así nunca evolucionaremos. ¿De qué sirve estudiar habilidades sociales o desarrollo afectivo si luego no haces uso de lo aprendido? 

Que cada cosa minúscula e insignificante cuenta, que si no cambias lo pequeño JAMÁS cambiarás lo grande... ¿Qué no te compare lo que haces con cómo va el mundo? Perdona, pero... si no eres solidario en lo más simple tampoco lo serás en lo complejo.

Cómo podéis hablar de valores, mejor aún, de inculcar valores, ¡si no los tenéis ni VOSOTROS!

Cómo os quedáis a gusto hablando de injusticias, si no sois justos... ¡ESA ES LA MAYOR INJUSTICIA!

Ahora me divierte escucharos llamaros EDUCADORES, empezad por educaros a vosotros mismos y DESPUÉS educad al resto porque os veo bastante VACÍOS.

PARA CAMBIAR EL MUNDO HAS DE EMPEZAR POR ANALIZARTE A TI MISMO.

Siempre ETERNA

Para empezar, hablaros de ella…

No consigo recordar cuándo la conocí, o cuándo fue la primera vez que la vi al pasar a su lado. Pero la recuerdo mucho tiempo atrás, cuando yo aún era una niña…

Me inundan la memoria correrías, carcajadas, la impresión de poder tocar el cielo con los dedos, sensaciones vertiginosas, los primeros amores, las primeras borracheras… La rabia, la impotencia, el dolor… Todo me lo enseñó ella.

Nunca supe la edad que tenía -eso no se pregunta- mas para mí, el adjetivo que la definía siempre fue ‘ETERNA’.

Los años han pasado entre sus brazos, como en los de una madre, dándome la oportunidad de conocer a las grandes personas de mi vida, ¡GRACIAS…!

Seguimos y seguiremos aquí…

Siempre tuya. Siempre ETERNA. Siempre… La Z.

Sigo caminando, mas parece que tropiezo con cada paso que doy...

Parece que sigo en mis trece de esa 'niña perdida' que nunca quiso crecer. Nunca llegué a entender tanto como ahora lo que ese adjetivo significaba, pues sigo siendo esa niña pero me siento perdida en esta realidad... Sigo queriendo volar pero mis pies parecen estar anclados al suelo. Dulce luz de la inocencia, por qué me dejas verte si no puedo alcanzarte y cada vez te siento más lejos, pierdo el calor y el frío vuelve a mis manos... Y, ahora... ¿cómo me caliento? Si ya solo quedan cenizas de lo que una vez fui y no volveré a ser... Maldito tiempo, ojalá dejases de fluir y nos dieses un respiro, un ratito para aclararnos; ¿desde cuándo estoy aquí? ¿Cuánto me queda? ¿Merece la pena ser arrojado a la existencia?... Tiempo para pensar y descubrirnos. Pues, ¿cómo voy a abrirme si ni yo misma me entiendo? Necesito tiempo pero a la vez...¡¿lo pierdo?! Y cuanto más pierdo más pienso, y cuanto más pienso más pierdo, o viceversa... y así hasta que sale periodo. Mientras tanto, aquí sigue atrapada esa niña que no se detiene, que sigue caminando aunque tropiece con cada paso que da...